Reuters publicó, recientemente, una interesante noticia en la que se explican los primeros intentos del uso de la Inteligencia Artificial (IA) en los procesos de selección en Amazon.

La empresa estadounidense de comercio electrónico conocida también por sus múltiples patentes y proyectos innovadores, ha dedicado sus esfuerzos, durante los últimos cuatro años, a desarrollar programas informáticos que permitan seleccionar, de forma mecánica, a los mejores candidatos haciendo uso exclusivo de la inteligencia artificial.

Con la llegada de Big Data, tanto la cantidad de datos como la capacidad para procesarlos aumentaron exponencialmente. El uso de la IA en los procesos de selección permite detectar patrones de comportamiento y categorizar a los posibles candidatos, también permite detectar resultados predecibles y relacionarlos entre ellos en unos pocos segundos, información que, sin duda, aporta un enorme valor a la caza del mejor talento.

En el año 2015, Amazon triplicó el número de empleados y, la necesidad de simplificar y mejorar los procesos de selección minimizando los errores, ha acelerado la implantación de la IA en los procesos de selección. El uso de la nueva herramienta permitió, así, el ‘screening’ previo y la evaluación automatizada de los candidatos usando el sistema de ‘puntuación por estrellas’, idéntico al que utilizan los compradores en Amazon.

Para desarrollar la herramienta se crearon más de 500 algoritmos relacionados con puestos y funciones específicas. Los algoritmos se basaban en los análisis de los CVs que recibió Amazon durante una década (2004-2014) identificando unos 50.000 términos relacionados con las funciones concretas, responsabilidades, competencias profesionales, el nivel de estudios, las Instituciones educativas, experiencia, etc., y seleccionando a los mejores candidatos según los algoritmos predefinidos.

Los resultados de esta primera prueba no han sido tan efectivos como se podría esperar, según las fuentes internas de la compañía. Lo curioso del caso es que el nuevo sistema no clasificaba de manera neutral a los hombres y a las mujeres, sobre todo para los puestos técnicos. De hecho, el sistema, claramente prefería a los hombres. El hecho de que los algoritmos tuvieran en cuenta los CVs recibidos durante los últimos 10 años y siguieran sus patrones al pie de la letra, puso en evidencia la tendencia mayoritariamente masculina del sector tecnológico. Por otro lado, los algoritmos, siendo un reflejo estático de una realidad, no contemplaban posibles cambios sociales, económicos o culturales que pudieran ocurrir en este lapso del tiempo.

 

 

El ejemplo de Amazon nos deja claro la importancia de no confundir el procesamiento de la ‘caja negra’ con la fe ciega en los algoritmos. Los algoritmos en los que se basa la IA dependen, completamente, de los datos a los que están expuestos y, por lo tanto, si cambian los datos, cambia el resultado. Por otro lado, la IA se limita a cruzar los datos y está lejos de proponernos soluciones creativas o desarrollar nuevas hipótesis basadas en hechos (datos) no evidenciados.

Para no caer en la trampa y evitar los sesgos, una posible solución, en la que ya se está trabajando, es, completar la información que nos proporciona la IA con los ‘talent assessments’, permitiéndonos disponer también de los aspectos comportamentales de los candidatos y predecir cómo el candidato se puede desenvolver en el puesto (‘job match’), en el equipo (‘team match’), con su responsable directo (‘leadership match’) o cómo se adapta a la cultura organizativa (‘organizational culture match’). Este tipo de datos toman en cuenta, no solamente, los datos relacionados con el perfil comportamental del candidato, pero también el contexto y la cultura organizacional, algo imprescindible a la hora de tomar la decisión final de contratar o no al candidato.

La IA se introduce cada vez más en nuestras organizaciones. Según los últimos sondeos, un 55% de los directivos de RRHH en Estados Unidos reconoce que la IA va a ser una parte muy importante de su trabajo en los próximos 5 años. Se calcula que la IA permitirá reducir el tiempo de los procesos de selección, reducir el sesgo en aprox. un 90%, acceder a los candidatos en todo el mundo, realizar las entrevistas en cualquier idioma, cruzar los datos de diferentes redes profesionales, sociales, científicas en unos pocos segundos, etc., ventajas con las que resulta difícil competir y que, sin duda, pueden aportar un valor extraordinario.

El uso de la IA permitirá también conocer la productividad real de los trabajadores, medir su compromiso con la organización y analizar los datos que, hasta ahora, ni siquiera nos hemos planteado.

A pesar de que estamos todavía en una fase inicial, confío en que la IA será una gran oportunidad para todos, pero ¿estamos preparados para la irrupción de la IA en nuestras organizaciones?, ¿tenemos el Talento adecuado?

¿Qué opináis vosotros?